Hola lectores que no conozco y que no me conocen, hoy estreno mi blog y, como en todos los momentos solemnes de la vida, no sé qué decir. Me gustaría presentarme, dar un perfil brillante e interesante, pero me da pereza, y, por otra parte, no me encuentro nada particular...y sería preciso decir una mentira, y aquí de mentiras, sólo el título del blog, y poco más.
Mejor no lo haré yo, lo hará un poeta que se llama Víctor Botas, fallecido ya, que nunca me conoció, pero que me escribió un poema que me define perfectamente.
Anónima
Ni muy feliz, ni triste. Como tantas,
parecerá insensible a cuanto pueda
ocurrir a su lado. Cada día
andará iguales calles y las mismas
sombras la mirarán pasar. No habrá ninguno
capaz de distinguirla de las otras,
así, a primera vista. Cada día
se va muriendo un poco (no comulga
con esa triste rueda de molino
de la moderna mística; el trabajo,
rutinario y vulgar —bien lo comprende—
la embrutece y anula). Y qué remedio
queda. Y qué remedio.
Pero yo sé que guarda
intacta esa frescura y delicada
del corazón ardiente y una innata,
joven curiosidad. Estará sola,
como solos están los que, de un modo
u otro, son acaso diferentes.
Y no sospechará que hubo una tarde
en la que fue dictándome un poema.
miércoles, 28 de noviembre de 2007
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